Putters con historia |
"El driver da la gloria, el putter, la victoria". La frase es de su profesor. También le ha dicho que "es un hierro especial, comparado con todos los demás, que tiene en la bolsa, y que es el que da el empuje definitivo, a la bola en el green, para embocarla". En su fuero interno, a estas palabras,las llama "la parrafada de la victoria ajena"; porque, por mucho que se esfuerza en el putting green, de cada cubo de 32 bolas que lleva a clase, como mucho emboca 2; con un mínimo de 7 golpes cada una. El profesor le dice, por activa y por pasiva, que el máximo de golpes para embocar, son 3. Los 50min. de la clase, los pasa intentando imaginar, qué debería hacer, para no sobrepasar esos 3 golpes; sin conseguirlo hasta ahora.
El tiempo que pasa en el putting-green, le resulta muy desalentador. El profesor le repite una y otra vez, que el golpe ha de ser de "precisión" y "finura". Que és, su mano izquierda y el dorso de la misma (es diestro), quienes mandan en el movimiento y en la alineación del hierro al hoyo. Que debe empuñar el grip sin guante para "percibir" las sensaciones, y que, para mantener las manos firmes sin "apretarlo", que entrelace los dedos meñiques.
Le ha aclarado, que "el pateador nace, no se hace". Por lo tanto, así como existen infinitos tipo de putters, también existen infinitas maneras de sujetarlo; cada un@ lo sujeta, como le resulta más cómodo; al igual que la colocación de los pies, respecto a la bola.
Sin embargo, a él, le recomienda, que oriente la bola a su pie izquierdo y que, para los golpes cortos, mire la bola desde arriba. Y, para los largos, que mire al hoyo.
Putter y pie izquierdo |
Le resulta agobiante, y le entran muchas ganas de abandonar, cuando crée que su posición es correcta, y nota como el putter del profesor golpea con suavidad su tobillo izquierdo, mientras susurra:"separa la pierna". Y bastante peor lleva, que se le coloque delante, sujetandole ambas manos sobre el grip, mientras repite, una vez más: "baja el hombro izquierdo, impulsa un balanceo de izquierda a derecha, con los brazos estirados y las manos firmes, cuando golpées la bola.
Su estancias en el putting-green, solo le han servido para entender, porqué muchos golfistas, se pasan horas y horas en intentando embocar bolas. La primera vez que vió como un golfista de élite, con mucha paciencia construía un pasillito con dos hierros en paralelo, orientado al hoyo para intentar embocar a través de él, entendió la frase: "... el putter da la victoria". Otros construyen caminitos con tees en fila unidos con hilos de algodón, para acostumbrarse a embocar desde cualquier punto y circunstancia.
Es consciente, que el mejor recorrido, se pierde en el putting-green. El profesor también le ha explicado, que antes de intentar embocar, examine con todo detenimiento la orografía del terreno que rodea el hoyo(si es preciso) tendiéndose sobre la hierba. No debe olvidar, que en los alrededores de éste, el golfista puede encontrar, muchas sorpresas.