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Casa Club Real Federación Española de Golf

viernes, 30 de noviembre de 2012

 EL NOVATO VA DE "PATEO"


Putters con historia
 Al novat@ jugar con el putter, le resulta también muy complicado; por razones opuestas, a las que tiene con el "driver 1". En  su bolsa, el putter, es el hierro más corto. En la cafetería de la  RFEG, ha oído comentarios, sobre la polémica que existe - entre los golfistas de primer nivel - sobre si se debe utilizar o, no, los llamados "putter-escoba". Se trata de putters cuya varilla es tan larga, que el jugador, la puede apoyar en su pecho o costado. 

 "El driver da la gloria, el putter, la victoria". La frase es de su profesor. También le ha dicho que "es un hierro especial, comparado con todos los demás, que tiene en la bolsa, y que es el que da el empuje definitivo, a la bola en el green, para embocarla". En su fuero interno, a estas palabras,las llama "la parrafada de la victoria ajena"; porque, por mucho que se esfuerza en el putting green, de cada cubo de 32 bolas  que lleva a clase, como mucho emboca 2; con un mínimo de 7 golpes cada una. El profesor le dice, por activa  y por pasiva, que el máximo de golpes para embocar, son 3. Los 50min. de la clase, los pasa intentando imaginar, qué debería hacer, para no sobrepasar esos 3 golpes; sin conseguirlo hasta ahora.

  El tiempo que pasa en el putting-green, le resulta muy desalentador. El profesor  le repite una y otra vez, que el golpe ha de ser de "precisión" y "finura". Que és, su mano izquierda y el dorso de la misma (es diestro), quienes mandan en el movimiento y en la alineación del hierro al hoyo. Que debe empuñar el grip sin guante para "percibir" las sensaciones, y que, para mantener las manos firmes sin "apretarlo", que entrelace los dedos meñiques.

 Le ha aclarado, que "el pateador nace, no se hace". Por lo tanto, así como existen infinitos tipo de putters, también existen infinitas maneras de sujetarlo; cada un@ lo sujeta, como le resulta más cómodo; al igual que la colocación de los pies, respecto a la bola.

 Sin embargo, a él, le recomienda, que oriente la bola a su pie izquierdo y que, para los golpes cortos, mire la bola desde arriba. Y, para los  largos, que mire al hoyo.
Putter y pie izquierdo

  Le resulta agobiante, y le entran muchas ganas de abandonar, cuando crée que su posición es correcta, y nota como el putter del profesor golpea con suavidad su tobillo izquierdo, mientras susurra:"separa la pierna". Y bastante peor lleva, que se le coloque delante, sujetandole ambas manos sobre el grip, mientras repite, una vez más: "baja el hombro izquierdo, impulsa un balanceo de izquierda a derecha, con los  brazos estirados y las manos firmes, cuando golpées la bola.


 Su estancias en el putting-green, solo le han servido para entender,  porqué  muchos golfistas, se pasan horas y horas en intentando embocar bolas. La primera vez que vió como un golfista de élite, con mucha paciencia construía un pasillito con dos hierros en paralelo, orientado al hoyo para intentar embocar a través de él, entendió la frase: "... el putter da la victoria". Otros construyen caminitos con tees en fila unidos con hilos de algodón, para acostumbrarse a embocar desde cualquier  punto y circunstancia. 


 Es consciente, que el mejor recorrido, se pierde en el putting-green. El profesor también le ha explicado, que antes de intentar embocar, examine con todo detenimiento la orografía del terreno que rodea el hoyo(si es preciso) tendiéndose sobre la hierba. No debe olvidar, que en los alrededores de éste, el golfista puede encontrar, muchas sorpresas.

domingo, 18 de noviembre de 2012

 DRIVER 1
El calificativo actual de "madera" viene porque,  
en origen, eran de madera.
 Pasada la resaca de las tres semanas, del éxito de los golfistas españoles en la Ryder Cup, el novat@ decide ir al campo de entrenamiento de la Real Federación de Golf de España; para intentar “confraternizar” con el “driver” 1 sin la presencia del profesor. 

El Eurofighter, la otra pasión del novato
  En la soledad de la madrugada, mientras constataba - vía satélite - el triunfo del equipo europeo en el campo de Medinah vió como su idolatrado  Sergio Garcia, en acto heróico, conseguía el punto de la victoria; porque es fan suyo desde mucho antes que supiera, que alguna vez, practicaría golf. Recuerda cuando iba a Munich – donde su empresa participa en la construcción del “Eurofighter” – como en la comida del mediodía, todos los ingenieros  andaban locos, con las gestas de García, por los campos del mundo. Le llamaban el “niño”, porque con su juventud batía todos los records, y se llevaba todos los premios. Estos recuerdos, y las recientes imagenes de los golpes del golfista, en el tee de salida durante la Ryder Cup, lo anima a emular a su héroe favorito. Piensa, que el driver 1 puede ser un hierro muy difícil, pero no lo suficiente, para no intentarlo. 

 Hasta ahora, solo ha entrenado con el hierro nº 7, el putter, y a veces – muy pocas -, el pitching wedge (para “aproximar” la bola a la bandera); circunstancia, que hasta ahora no ha conseguido nunca. Ha levantado la bola, la ha mandado al putter green, y casi siempre, muchísimo más lejos de donde acaba el putter green, entre los matojos de los alrededores. 

La dificultad de uso de un hierro, depende de la amplitud del ángulo, que forma la cabeza con la varilla.

 En los seis meses que lleva recibiendo clases de cincuenta minutos, tres días a la semana, cada vez que abre la bolsa, para sacar el hierro 7 – con el que entrena habitualmente – mira la cabeza redonda y enorme del driver 1, casi le entran escalofríos, solo de pensar ¿qué puede hacer con un hierro tan largo, con una cabeza tan gorda? 

 A veces, desde su alfombrilla de entrenamiento ha oído el chasquido seco y macizo del trallazo, que alguien que entrena cerca, ha impelido a la bola con un driver 1. El sonido del impacto de la cabeza de la “madera” con la bola es celestial. Y la curva parabólica, que describe cuando alza el vuelo como un albatros, bellísima. Hasta el más novat@ de los novat@s, distingue ese sonido maravilloso, que indica que el golpe ha sido perfecto.

  Ejecutando la decisión, y con sus pies encima de la alfombrilla, en la galería de entrenamiento, abre con decisión la bolsa y coge, con cierta inseguridad el driver 1.