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Casa Club Real Federación Española de Golf

viernes, 25 de enero de 2013


NO VENGO A LUCHAR CONTRA EL CAMPO, 
SINO A GANAR EL TORNEO



 Gran verdad, la 1ª Ley. Los entendidos dicen, que un torneo se 
inicia con el driver y se gana con el putt. Si somos sinceros, quienes practicamos este deporte de nuestros amores, sabemos que no vale prepararse ni entrenar para un campeonato; mejor hacerlo, aunque no existe ninguna garantía de éxito. Muchas veces sudamos en el tee de salida, porque el driver decide convertirse en una cabeza de plomo al final de una varilla de grafito, o cualquier  metal sofisticado; cuyo fabricante nos ha contado sus  excelencias maravillosas. Solo hay que rezar, para que esta "Ley" no nos obligue a tener las manos sudorosas, en muchas ocasiones en las que no levantamos la bola ni p`atrás.

 Gran verdad, la 2ª Ley. Todos hemos padecido la atracción entre el agua y las bolas. Los novat@s estamos convencidos, que cuanto más cara es la bola, mejor serán nuestros golpes. Pues, no suele ser muy verdad, verdad. Sin embargo, las bolas caras, carísimas, siempre han tenido afición por la natación. O, al  menos refrescarse, sin esperar que sea verano. La última vez, que tres de mis carísimas bolas  decidieron refrescarse, fue tan sangrante que decidí sacar del agua la tercera que había hehco ploff en el lago. Estaba tan ciega de enfado, que al arrodillarme en la orilla, intentando "pescarla" lo hice sobre un montón de estiércol.


 Gran verdad, la 3ª Ley. Hay campos, la mayoría tienen árboles cerca de las calles. Nos colocamos, miramos el árbol o los árboles cercanos, imaginamos la ruta que debe seguir la bola hasta el putting-green; y...¡ zasss! mágnifico golpe. ¡Ja! ¡eehhh! "coñ*, j*d**" ... . La bola se ha subido a la copa del árbol, que se ha puesto en la trayectoria de la bola. Está tan agusto  allí arriba, que no obedece ni a la ley de la gravedad. Te duele el cuello de mirar hacía arriba,esperando que caiga. la das por perdida; no queda otra, que dar media vuelta y sacar otra de la bolsa; ¡plafff! recibes un bolazo sobre tus espaldas.

 Dicen que los golfistas somos masocas. No lo creo. Somos humanos, que nos gusta luchar en buena lid con el campo; incluso, contra los "elementos". Es el reto, lo que impulsa a los humanos caminar por la vida, y resistir los avatares adversos en un torneo de golf.

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