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Casa Club Real Federación Española de Golf

miércoles, 13 de febrero de 2013


EL NOVAT@ SE ENCUENTRA CON OBAMA

 En agosto del 2010 el novat@ tuvo al suerte de viajar al Estado de Florida, invitado por una familia norteamericana, que había conocido en Madrid durante la Navidad de ese año. Se trataba de pasar diez días en un resort de Panamá City Beach, en el condado de Bay.


 Las horas que duró el vuelo, se le hicieron eternas; leyó infinitas veces, todas las guías turísticas, que sus anfitriones le habían enviado. Su impaciencia por poner los pies, en las arenas finas y blanquísimas de aquellas playas americanas, le hacía sentir que el avión en vez de avanzar hacía América , retrocedía. Le habían dicho que Panamá City Beach es el lugar ideal para una vacaciones; era como ir a la Marbella de Estados Unidos.

 Los 16km. que separan el aeropuerto internacional, Northwest Florida Beaches, del resort donde le esperaban sus anfitriones, fueron eternos.

 Al día siguiente, mientras desayunaba, la dueña de la casa, le dio una gran sorpresa; la familia presidencial visitarían la zona, al día siguiente. Recordó al filósofo Lamartine, que dijo: “La casualidad nos da, casi siempre, lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir”.

 La visita presidencial de la familia Obama tenía como objeto promocionar la industria turística de la zona, que cuatro meses antes había sido afectada por el derrame de crudo de BP en el Golfo.

 De todas las informaciones que se publicaron, la más divertida fue la sorpresa del Presidente Obama – golfista desde los 35 años -, comprobar que su hija pequeña conseguía embocar en uno, un hoyo, durante la partida de minigolf, que jugaba con sus padres.



Photo: Getty Images
Barack Obama empezó a practicar golf, cuando era senador de Springfield (Illinois) a instancias de su mujer, Michelle. Desde siempre ha sido buen jugador de baloncesto; sin embargo, la primera dama, le empujó a cambiar sus partidos de baloncesto, por otro deporte “más caballeroso”, como es el golf. 

 Desde entonces, practica regularmente este deporte, y su handicap es algo parecido a un secreto de Estado. Preguntado uno de sus ayudantes, por la clasificación del Presidente como golfista, este respondió: “Esa información es clasificada”. 

 La pertinencia de la pregunta, sobre el handicap presidencial, estaba relacionada con el torneo que acabó llamándose “La “Cumbre del Golf”. Cuando se discutía en el Congreso que la sanidad fuese “universal y gratuita”, el mayor obstáculo era el Presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner – golfista apasionado y socio de dos club de golf -. Se dice que su handicap está entre 6 y 4; mientras, off the record, periodistas especializados dicen que el del Presidente Obama puede ser entre 16 y 23.

Foto: Associated Press
 El diario “Político” escribía en una ocasión, en palabras de un asesor presidencial: ”cuando el Presidente va ganando, te dice que está ganando. Pero, cuando va perdiendo, no habla tanto”.

 El Presidente Obama es zurdo, muy humano. No se conoce cual es su marca favorita de bolas; y se niega que se le fabriquen bolas especiales. Suele jugar Titleis Pro V1S. Los palos que utiliza son “Nike VR-S”.

 Sus compañeros de juego, desde que es Presidente, si está de vacaciones en Hawaii, son sus amigos de Chicago o viejos conocidos de las islas.

 En Washington, lo hace con asesores de la Casa Blanca, con el ex-Presidente Bill Clinton (su mayor apoyo electoral para la reelección), Marvin Nicholson, ex caddie del Augusta National o con su asistente personal. Juega, regularmente, los fines de semana. Suele ir al campo de la Base Aérea de Andrews, a 20 minutos de la Casa Blanca; donde habitualmente, sólo hace nueve hoyos. Hay periodistas, a los que esta costumbre presidencial, le resulta rara; porque, dicen: “a los golfistas de raza, siempre le faltan, hoyos por hacer”. Quienes le conocen bien, opinan, que el golf para Barack Obama, desde que es Presidente, es una oportunidad de pasar el rato y pasear.

 Contemplando las fotos de la familia Obama y después de haberse empapado con muchas relacionadas con dicha visita presidencial, al novat@ se le activó la imaginación, para su sorpresa, una mañana fue consciente, que oniríricamente no solo se había paseado por al casa Blanca, sino que había sido testigo de escenas familiares entre el matrimonio Obama y su hija pequeña.

Comedor privado de la familia Obama
 El sueño empezó cuando el novato asiste de testigo de piedra, a la cena familiar de un viernes cualquiera, en el comedor íntimo – de los tres que existen en la Casa Blanca -. La familia al completo, comentan las actividades del fin de semana. En una de esas cenas, el Presidente habló de la salida de golf que tenía al día siguiente. La hija pequeña Sasha, dijo: “Papá quiero ir contigo”. El Presidente, que está acostumbrado a jugar con sus hijas; ahora, especialmente, con la pequeña, la petición le sorprende. Mira a la primera dama; y esta, le devuelve la mirada. Están acostumbrados a los juegos de su hija. El Presidente, le responde que “ya tiene comprometido ir con unos señores”. La conversación, parece que ha terminado en ese punto.

 Sin embargo, a la mañana siguiente, cuando el hombre más poderoso de la tierra, se dirige al ascensor de la segunda planta – donde está la residencia privada de la familia presidencial -, se lleva todavía una sorpresa mayor. Allí está la pequeña Sasha esperando a su padre, con la ilusión de repetir su hazaña golfistica en un campo de verdad. Al Presidente no le queda otra opción, que volver sobre sus pasos, y contarle a su esposa – que todavía está en cama -, que su jornada de golf la compartirá con su hija pequeña.

 Esta es la explicación de la vida “real” – en el sueño del novat@ - que tanto Michelle como Barack quieren, para la educación de sus hijas. Han intentado, que dentro de sus circunstancias, la educación de sus hijas sea lo más normal posible. Prueba de ello, es que ambas – aunque van a colegios privados – utilizan el transporte escolar junto a sus compañeros, con la particularidad del servicio de seguridad, que por ser hijas de su padre, les dispensa el Estado. Las dos chicas tienen fama de ser buenas estudiantes – nada que ver con las de Bush, que se escapaban de la Casa Blanca y llevaban de cabeza a los servicios de seguridad-, y muy buenas deportistas. La pareja presidencial han decidido que las niñas han de practicar al menos, dos deportes; uno elegido por los padres, y otro, por ellas. Las dos son aficionadas y practican fútbol europeo (llamado “soccer” en Estados Unidos). De Sasha también se dice que es muy buena gimnasta.

Obama en la Base de Andrews
 Continua el sueño con la llegada a la base de Andrews del Presidente Obama, con su ayudante personal y Sasha, no ocasionó ningún revuelo, porque los militares están acostumbrados a mantenerse impertérritos; sin embargo, la sorpresa fue muy semejante a la que tuvo el personal de la Casa Blanca, cuando una Carolina Kennedy de tres años, apareció en el despacho Oval, con los zapatos de su madre. El novat@ despierta sintiendo una sacudida en las piernas, en medio de una somnolencia, que le impulsa preguntarse ¿Dónde estoy?

 Esboza una sonrisa, mientras restriega sus ojos, tomando conciencia que ha “vivido” una experiencia ”casi” real.

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